La bailarina y coreógrafa Lila Magnin, como Lila Magnifique, explora las posibilidades de todo lo que «da vida a lo que se oye» y viceversa. Durante la residencia Shared Practices, profundiza en nuevas investigaciones.
Esta vez, se centra en la música. En un experimento híbrido de narración sobre la música y el cuerpo, busca conexiones. ¿Qué da vida a lo que oyes y, a la inversa, cómo lo que oyes da forma a la vida? ¿Y cómo llevas el híbrido de música, texto y danza al escenario?
Con ordenador portátil y teclado, Lila Magnifique viaja a Corso, Rataplan y Monty a partir del 13 de marzo para dar vida a ideas musicales preexistentes.Mientras explora las correlaciones entre música, texto, danza y significado, desarrolla un discurso sobre su práctica. Empieza con cinco canciones que llevan nombres de figuras femeninas existentes o mitológicas. Para cada uno de ellos, explora un tema relacionado con: el significado de su nombre, sus características o su historia. La obra será «una prolongación de la persona física que existió realmente, un homenaje a ella». Y -por su nombre- ser visto como una entidad llena de vida. Con una trayectoria vital propia, separada de su creador. Exactamente igual que lo sería su hijo. Escribir la historia.
Que sus nombres sean dichos, oídos y recordados.
Prácticas compartidas. Una residencia en colaboración con Corso, detheatermaker, MESTIZO ARTS PLATFORM, Monty y Rataplan. Con el apoyo del Gobierno flamenco y la Ciudad de Amberes
Foto © Romane Iskaria