
Dioses encarcelados (MIUNGU GEREZANI), de Lukah, explora las creencias ancestrales africanas, centrándose en las comunidades de Alkebulan, antiguo nombre del continente. Estas ricas tradiciones espirituales se vieron alteradas por la colonización y la llegada del cristianismo, lo que condujo a una dicotomía entre el bien y el mal y a la pérdida de los valores tradicionales.
Inspirada en Nakomitunaka de Kiamwangana Verckys, la muestra libera a las estatuas y máscaras africanas de su existencia estática en los museos occidentales. Versículos bíblicos y cruces se entrelazan con rituales africanos, mientras que los bailarines de Goma -cada uno con su propio estilo (Rega, Tembo, Shi, Hunde)- enriquecen la coreografía de Lukah. La afirmación «Los dioses están atrapados» se refiere al traslado masivo de objetos de culto africanos a museos belgas.
El espectáculo explora las tensiones entre los dos mundos de la fe y su impacto contemporáneo. Los trajes inspirados en el minganji de rafia simbolizan la transferencia de poder, mientras que las máscaras de Precy Numbi y las proyecciones cristianas subrayan aún más este enfrentamiento. La música de percusión refuerza la dualidad entre las tradiciones africanas y la herencia colonial.
Aquí la danza no sirve para imitar, sino como marco de referencia vivo que da forma al lenguaje coreográfico de Lukah. El hip-hop actúa como factor de conexión entre los bailarines, que juntos exploran y reescriben sus historias personales. Se invita al público a entrar en un mundo en el que las perspectivas cambian y los dogmas se difuminan.
Imagen © Michiel Devijver